Estoy segura que a muchos también les ha pasado que cuando tienen muchas ganas de conocer algo o alguien la emoción es tan grande que no la logran controlar.
Azul, grande, infinito, único, mágico, tranquilo, así lo vi, así lo pensé, así es ese mar tan inmenso que me dio la bienvenida a Santa Marta. Él y yo estábamos juntos por primera vez.
Y como siempre en las primeras citas uno muestra sus mejores modales esta vez no fue la excepción. Bueno esperen, algunos de ustedes en este momento estarán pensando ¿a mi que me importa todo esto? bien por ti que conociste Santa Marta, mejor cierro esta vaina, pues si, tienen razón, pero antes de que se vayan déjenme decirles que si les estoy contando esto es porque tengo un cargo de conciencia que no quiero que ustedes también vayan a tener.
Vamos al grano para no alargarnos tanto, lo que me motiva a escribir esto es porque quiero que ustedes primero, si tienen la oportunidad vayan y conozcan Santa Marta de esquina a esquina, pero mas que eso ustedes deben como una obligación probar ese bendito jugo de zapote costeño, sí jugo de zapote costeño, quisiera decirles si es rico o no pero no lo probé, se me olvido, me fui sin probarlo y no saben cuanto me arrepiento porque mas de uno me ha dicho que es una cosa deliciosa, cada quien lo juzgara a su manera. Lo único bueno es que tengo una excusa para volver.
Pero eso no es todo, no puedo irme sin recomendarles lugares mágicos como Taganga, El parque Tayrona, Minca, las playas de Bello Horizonte, las playas y el mar de Palomino que están un poquito mas lejos pero vale la pena y sobre todo apenas lleguen allá saquen ese colombiano negociador que nos representa, no sean tacaños pero si negocien para que así puedan ahorrar una platica y conocer mas lugares en esta mágica ciudad.
Oigan, si ya fueron cuéntenme como fue su experiencia, ¿que recomiendan? ¿qué no recomiendan? y sobre todo cuéntenme ¿cómo les fue con el jugo de zapote costeño? ¿si es rico? o ¿es puro cuento?
Azul, grande, infinito, único, mágico, tranquilo, así lo vi, así lo pensé, así es ese mar tan inmenso que me dio la bienvenida a Santa Marta. Él y yo estábamos juntos por primera vez.
Y como siempre en las primeras citas uno muestra sus mejores modales esta vez no fue la excepción. Bueno esperen, algunos de ustedes en este momento estarán pensando ¿a mi que me importa todo esto? bien por ti que conociste Santa Marta, mejor cierro esta vaina, pues si, tienen razón, pero antes de que se vayan déjenme decirles que si les estoy contando esto es porque tengo un cargo de conciencia que no quiero que ustedes también vayan a tener.
Vamos al grano para no alargarnos tanto, lo que me motiva a escribir esto es porque quiero que ustedes primero, si tienen la oportunidad vayan y conozcan Santa Marta de esquina a esquina, pero mas que eso ustedes deben como una obligación probar ese bendito jugo de zapote costeño, sí jugo de zapote costeño, quisiera decirles si es rico o no pero no lo probé, se me olvido, me fui sin probarlo y no saben cuanto me arrepiento porque mas de uno me ha dicho que es una cosa deliciosa, cada quien lo juzgara a su manera. Lo único bueno es que tengo una excusa para volver.
Pero eso no es todo, no puedo irme sin recomendarles lugares mágicos como Taganga, El parque Tayrona, Minca, las playas de Bello Horizonte, las playas y el mar de Palomino que están un poquito mas lejos pero vale la pena y sobre todo apenas lleguen allá saquen ese colombiano negociador que nos representa, no sean tacaños pero si negocien para que así puedan ahorrar una platica y conocer mas lugares en esta mágica ciudad.
Oigan, si ya fueron cuéntenme como fue su experiencia, ¿que recomiendan? ¿qué no recomiendan? y sobre todo cuéntenme ¿cómo les fue con el jugo de zapote costeño? ¿si es rico? o ¿es puro cuento?
Comentarios
Publicar un comentario